Ma langue maternelle va mourir et j'ai du mal à vous parler d'amour

Un alegato a favor de la diversidad y la diferencia.

Un amor por las palabras… El amor de Jaulin por las palabras no es nada nuevo. El lenguaje es su herramienta de trabajo, y ahora habla de su herramienta. Pone palabras a la suya, al francés que ama, su lengua de cabecera, y al patois, su lengua emocional, la veneración por todas esas pequeñas lenguas que escapan a la economía global. Cuenta con alegría su amor por las lenguas en un dúo con Alain Larribet, músico del mundo y bearnesa. Habla de su herencia sensible y de sus caprichos: la vergüenza del patois, la resistencia a la estandarización, el placer de utilizar una lengua no estandarizada y la pérdida de la transmisión, porque con las palabras desaparece también el saber hacer, el saber estar en el mundo.